Tu mentor interno
¿Qué sucedería si tuvieras a alguien en tu vida que anduviera contigo a cada paso de tu camino, te amara incondicionalmente y te apoyara sin importar lo que sucediera, incluso cuando estuvieras equivocada? ¿Qué sucedería si te sintieras absolutamente a salvo, segura, cuidada y amada? ¿Estarías más dispuesta a aceptar los desafíos que la vida pone enfrente de ti? ¿Asumirías tu vida con mayor responsabilidad y plenitud?
Tu mentor interno forma parte de ti y está siempre ahí para ti. Si aún no te has encontrado con él, tómate unos momentos para guiarte en esta meditación:
1.- Relaja tu cuerpo y permítete estar plenamente presente, aquí, leyendo estas palabras, escuchando los sonidos a tu alrededor, sintiendo lo que sientes.
2.- Envía amor a cada parte de tu cuerpo: a tus pies, a tu espalda, a tus hombros... Se trata de enviar amor a cada parte de tu cuerpo hasta que lo sientas de los pies a la cabeza.
3.- Cada pensamiento que aparece en la pantalla de tu mente debe recibir amor. Visualiza cómo tu energía se concentra en el interior del centro de tu frente. Procura que cada pensamiento que generas esté lleno de la energía del amor que lentamente te va invadiendo. Ama tus creaciones principales, es decir, tus pensamientos.
4.- Despierta tu intuición y confía en tu destino y en tu capacidad de afrontar lo que venga desde ese espacio de amor.
5.- Piensa: "Soy un ser de paz. Tengo los recursos para vivir bien lo que me traiga la vida”. Todo se encauzará y te adaptarás del mismo modo que un río que se adapta al terreno y sigue fluyendo hacia su destino.
Esa parte de ti que te apoya y puede darte amor es tu mentor interno: es la conciencia y la intuición despierta. Simplemente necesitas estar conectada con esta parte de tu ser.
A medida que vayas pasando tiempo contigo misma de esta forma, encontrarás que tu inseguridad y tus miedos se desvanecen y aparecen nuevas posibilidades para ti.
(Se lo dedico a Nancy -por su pronta recuperación-)
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